¿Cómo perder el miedo a mirarte en el espejo?

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Una de las cosas más duras en mi día a día es mirarme al espejo y no gustarme. Lo natural con el paso del tiempo es verte con más kilos, menos pelo… esto va de otra cosa. Tu cuerpo cambia en otro sentido y enfrentarse a un espejo puede llegar a ser aterrador, en mi caso fue así.

El volverme a mirar en los espejos no ha sido un proceso fácil. Siempre he sido bastante cuidadoso con mi imagen, me ha gustado vestir actual, cuidarme e ir al gimnasio para estar bien físicamente pero sin embargo nunca me ha gustado verme en las fotos, siempre encontraba algo que no me gustaba. Los tratamientos me provocaron cambios. Después de la quimioterapia se me deshinchó la cara y me volvió a crecer el pelo. Pero me quedaron las secuelas de movilidad de las que he intentado rehabilitarme. Las que sé que no recuperaré.

Durante mucho tiempo no he dejado de compararme con los demás. He considerado a los otros cómo “normales” y me he llegado a sentir inferior o a no estar a la altura. He estado esperando que sean los demás los que me dieran la seguridad en mí mismo, que había terminado de perder por el camino.

No sólo ha sido necesario que pasara tiempo para que me acostumbrase a mi nuevo yo, sino que ha sido fundamental un trabajo de cuestionar mi imagen para aumentar mi autoestima. ¿La idea que tengo sobre mí mismo es real? ¿Cómo me veo en el espejo es cómo me ven los demás? Si algo he aprendido es a no dejar de buscar aspectos positivos en mí que no dejen de sumar. A conocerme más a mí mismo y ser consciente de mis virtudes y mis defectos que podrian ser como las de cualquiera. Me he llevado sorpresas al ser consciente de que la gente ve aspectos positivos en mí que yo no tenía en cuenta.

A día de hoy sigo teniendo algún episodio en el que, si me veo reflejado en un espejo, me sigue resultando difícil de digerir. Lo reconozco. ¿Quiere decir que no me he aceptado del todo? Posiblemente no. Es un ejercicio diario que probablemente tendré que hacer el resto de mi vida.

Sergio Elucam

 

 

 

8 opiniones en “¿Cómo perder el miedo a mirarte en el espejo?”

  1. Caray Sergio como me ha sorprendido esta ultima entrada. Es de lo mas lógica tu observación sobre ti mismo, pero yo siempre te he visto igual. Siempre has sido Sergio, evidentemente con cambios como ocurre con cualquier persona que se tiñe el pelo, se quita arrugas ….. pero igual. Sere yo la equivocada? Pero tu siempre has sido el mismo, pero mucho mejor por tirar adelante con todo. Realmente soy tan rara?

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  2. Puedo decirte después de leerte hoy, que estoy segura de que tus cambios han sido para mejorar. En talento, constancia , energía positiva, resiliencia, inteligencia emocional y coraje para abrir estas ventanas fabulosas a los que te leemos. Muchos de esos sin toda la belleza como ser humano que demuestras tu en cada pensamiento. Tú eres como siempre pero MÁS GRANDE!!! Gracias ❤️

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  3. Los grandes objetivos siempre se consiguen a largo plazo. Por lo tanto, cultiva la paciencia, dosifica tus recursos y avanza.
    Poco a poco irás evolucionando, poco a poco irás creciendo pero todo a su ritmo.
    Las prisas no son buenas, no lo olvides. Los demás estamos en tu misma onda.
    Un beso

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  4. Y a quien no le cuesta mirarse en el espejo y aceptarse como es en muchos sentidos ?
    Valiente tu por reconocerlo
    Cuantos defectos tenemos todos !!!
    Y que poco importantes son los fisicos
    Porque al fin en la vida, la belleza el amor y la felicidad no son cosa de cuerpos sino de almas. Y la tuya es preciosa.

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  5. Qué levante la mano quien se mira al espejo y piensa: ojala pudiera cambiar un par de cositas… o más de un par! (Yo levanto la mano).

    Admirando el grandísimo esfuerzo que te ha costado cada pequeño avance, horas y horas de fisio, logopeda, gimnasio, ejercicios y rutinas en casa, subir y bajar escaleras… te sorprendería lo rápido que la gente que está cerca, normaliza la situación, hasta el punto de no ver esos pequeños detalles. Recuerdo comentarios como: “Sergio está mucho mejor, ya casi no cojea”, y yo pensar, “ah pues sí, se me había olvidado que cojeaba, le veo como siempre».

    Recuerdo que los avances en la recuperación fueron muy lentos, había semanas que casi no se apreciaban cambios, y en lugar de rendirte, sacando la “cabezonería” que te caracteriza, continuabas con perseverancia todos los ejercicios y conseguías avances que no imaginábamos. Avances que eran importantes para ti.

    Una cosa no puedes cambiar, siempre serás un presumido :o))

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  6. Aquel niño tan guapo, bueno y un poco tímido que yo conocí, se ha convertido en un tipo muy interesante, que ha aprendido a reflexionar sobre la vida con una gran madurez!
    Enhorabuena Campeón!!!

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