El camino suele ser más enriquecedor y divertido que el destino, entrevista a Manu Heras

portada historias heras

En mimitadalcuadrado hemos recibido un regalo de navidad antes de tiempo. Un regalo muy especial en forma de entrevista. Y es que es un auténtico lujo que esta vez el entrevistado sea Manu Heras. Para los que no le conocéis, Manu es un intrépido viajero que no entiende de obstáculos y limitaciones. Y es que una lesión medular no le ha impedido realizar su sueño de conocer mundo. Sigue viajando por una infinidad de países con su silla de ruedas a bordo de su furgoneta. Leyéndole, realmente te das cuenta de que es un fuera de serie que no para de romper moldes. Sinceramente envidio su valentía a la hora de afrontar la vida. Espero que os guste y que os reporte tanto como a mí.

¡No me voy a cansar de darte las gracias Manu!

Heras.jpg

Cuéntanos un poco acerca de ti, ¿Quién es Manu Heras?

Soy un chico de 39 años, de un pueblo del Vallés Oriental (Barcelona), con estudios en turismo.

Me considero una persona abierta y optimista, que le gusta aprovechar al máximo la vida!

Me encanta pasar tiempo en la naturaleza, y buscar mis límites perdiéndome entre sus caminos.

Practicar todo tipo de deportes ¡sí, casi todos los deportes se pueden adaptar!

Me encanta viajar y aventurarme en nuevas experiencias;)

Actualmente dedico la mayoría de mi tiempo a mi pasión por viajar!!

La mayoría de mi tiempo lo hago en mi furgoneta, en la que vivo desde hace más de 5 años.

Bueno, os explico un poco cómo empezó esta aventura… hace 6 años decidí participar en el Working Holiday Visa de Canadá, es un programa que permite a jóvenes de entre 18 a 35 años vivir y trabajar un año en este espectacular país.

Unos meses más tarde compré una furgoneta camperizada en Vancouver y desde entonces vivo viajando entre Canadá, EEUU y México con mi furgo.

IMG_0192.JPG

Otra parte de mi tiempo lo paso viajando, rollo mochilero, por todo el mundo, suelo viajar con un presupuesto muy ajustado para poder permitirme esta vida, también porque es la mejor manera de conocer un país, su cultura y sus gentes.

(suelo viajar a países económicos, cocinando con camping gas o comiendo en sitios económicos, acampando o compartiendo habitación en hostales, utilizando transporte público o haciendo dedo, etc…)

Si se presenta la oportunidad de trabajar o hacer voluntariado, mejor que mejor!

Ah! en enero me voy para Sudamérica (esto es una exclusiva! jejje)

En tu vida ¿De qué estás más orgulloso?

De haber seguido mis principios y valores pese a las diferentes etapas de la vida.

Haberme aventurado a viajar en plan mochilero a países en vías de desarrollo sólo y sin rumbo.

Hay muchos países donde nada es accesible para alguien que se desplaza en silla de ruedas.

– Baños estrechos e incluso con escaleras, donde tienes que transferirte al suelo antes de llegar al w.c o a la ducha.

– Sin aceras o con aceras estrechas y/o con agujeros, toca ir por la carretera, muchas veces entre los coches

– Transporte público sin rampas o elevadores, donde tienes que subir las escaleras sentado o que alguien te ayude.

– Hostales o pensiones con escaleras o con puertas muy estrechas, etc

Por eso y porque me gusta la aventura siempre llevo mi tienda de campaña para poderla plantar donde sea. He dormido en playas, en la calle en iglesias, en casa de desconocidos, etc

Para mi viajar de este modo, es realmente viajar, estas expuesto al mundo y llegas a conectar con la gente y ver la realidad de ese país!

Te arrepientes de algo?

De no haber hecho algunas cosas antes (como por ejemplo ir a la universidad o viajar fuera de mi zona de confort) … aunque como dice el dicho, más vale tarde que nunca;)

El momento negativo más impactante en tu vida ha sido…. ¿Qué pasó? ¿Cómo te marcó?

Más de uno podría entrar aquí… pero vamos a centrarnos en el accidente de tráfico que sufrí en 1997, provocándome una lesión medular completa a nivel dorsal 4.

Fue un golpe muy duro para mi y para mi familia.

Tenía 18 años, empezaba a salir más y ser más independiente, y de golpe..todo cambia.. pierdes todo eso..tu independencia, tu movilidad, tu intimidad, tu camino..

En unos segundos te cambia la vida, y prácticamente tienes que empezar de cero, han cambiado casi todas las reglas del juego y ahora toca reaprender casi todo (a vestirse, ir al baño, posicionamientos, a desplazarte (a partir de ahora en una silla de ruedas) y sobretodo ha aceptarte!

Algo tan simple de explicar y tan complejo de vivir!

Inevitablemente las secuelas del accidente lo harán de por vida, acostumbrarse a la mirada de la gente, los prejuicios, los tu no puedes, los NO es accesible.. es una de las cosas más difícil al principio. No es nada fácil, pero con el tiempo me curtí y no dejé que esto me impidiera avanzar.

Cómo has superado la adversidad que te ha puesto la vida?

Lo superé con una actitud positiva y centrándome en lo que PUEDO hacer en vez de en lo que no puedo. ..y muy importante! dejando el pasado atrás!

Qué papel han jugado los que te rodean?

El papel de mi familia fue fundamental, tenerlas cerca y poder respaldarse en ellas me dio la fuerza y seguridad para poder afrontar la vida hoy en día.

Te sigue afectando a día de hoy? ¿Cómo?

No, hace muchos años que acepté mi condición física y decidí que el ir en silla de ruedas no me iba a impedir vivir una vida plena y realizar mis sueños.

Qué crees que les hace falta a muchas personas para encarar la vida con más optimismo?

Centrarse en hacer aquello que les llena, ser realistas y valorar lo que tienen, ya sea inmaterial o material, ya que hay muchas personas que tienen menos oportunidades o incluso no tiene para vivir.

Qué consejo nos darías?

Que se motiven!! que lo intenten!! que paso a paso se llega muy lejos, y si no se llega al final, no pasa nada! El camino suele ser más enriquecedor y divertido que el destino:)

Te has sentido alguna vez discriminado?

Sí, muchas, en una sociedad como la nuestra no es difícil sentirse discriminado, nos han enseñado a etiquetar y ver las discapacidades, en vez de las capacidades.

Para muchas personas, alguien que va en silla de ruedas, es un pobrecito/a, no es normal, es inválido.. Sí, es triste! porque esta mirada hace que las personas se sientan menos integradas y más discapacitadas!

Por suerte los términos están cambiando, y la mirada (aunque más lentamente) de la gran parte de la sociedad también.

Es curioso, porque no recuerdo haberme sentido discriminado en Canadá, la mirada de la sociedad es más inclusiva.

Cómo reaccionaste?

De diferentes maneras, al principio con impotencia e incredulidad, ahora por lo general con más indiferencia y argumentando, si hace falta, que la discriminación no tiene cabida en un mundo tan diverso.

Qué te hubiera gustado hacer y sabes que ya no podrás? ¿Qué te genera ansiedad? ¿Cómo lo afrontas?

Hay muchas cosas que me hubiera gustado hacer, pero he sabido encontrar nuevos objetivos y diferentes maneras de llegar para no sentirme frustrado.

Así que intento hacer lo que me gusta siempre que puedo

Estoy haciendo más que nunca! la vida hay que vivirla ahora y no esperar al mañana.

Cómo valoras a la sociedad en la que vivimos?

Voy a ser un poco critico..Veo a una gran parte de nuestra sociedad cada vez más individualista, egoísta, impaciente…

Es un tópico, pero estamos en una sociedad super consumista, es insostenible que tengamos que tener y hacer todo lo que los demás hacen para sentirnos realizados y felices. Aún teniendo todo creo que muchas personas sienten un vacío porque nunca llegan a tener o hacer suficiente…

 Quizás yo tengo esta visión porque estoy un poco en el otro extremo, cada día necesito menos cosas materiales y dependo de menos cosas para ser feliz.

Intento vivir de forma más minimalista y no gastar mucho más de lo que necesito para vivir. Hago esto sobretodo por principios (respeto al medio ambiente, conciencia social, empatía…)

Qué nos falta para que la consideres mejor?

Una sociedad con más empatía, altruista, más respetuosa, coherente y responsable.

Si supieras que mañana es tu último día de vida, ¿Qué harías? ¿Cómo lo pasarías?

Pasar el día con mi familia, ya que últimamente estos años he pasado más tiempo viajando que con ellas.

Un libro, una película, un sitio, un plato, alguien a quien admiras

Algún libro de aventuras que de pequeño ayudó a estimular mi espíritu aventurero: la vuelta al mundo en 80 días o viaje al centro de la tierra.

El indomable Will Hunting.

Ufff! hay tantos sitios.. un bosque muy lejos de la civilización por ejemplo.

Canelones.

Mis padres y mi hermana Sonia por la entereza y la fuerza que han demostrado siempre.

Un momento perfecto y con quien compartirlo

Una tarde en casa jugando al parchís con mi madre.

 

fains.jpg

Por favor, dime ven

espinosa

Me recomendaron el libro SI TU ME DICES VEN LO DEJO TODO…PERO DIME VEN para el blog. Estaba seguro de que no me decepcionaría y nos podría aportar muchas cosas interesantes. Y lo cierto es que ha superado todas mis expectativas. Gracias Alberto Santos, te aprecio un montón.

Este libro con título de bolero es una de las primeras novelas de Albert Espinosa dentro de su dilatada carrera cómo autor teatral, guionista, escritor y director de cine y televisión. Se dio a conocer al gran público por la serie Pulseras Rojas. Siempre me gusta indagar un poco acerca del autor una vez que me he leído su libro. Y en el caso de Albert, me ha servido para entender mucho mejor su identificación con el personaje. Albert sobrevivió a tres cánceres, perdió una pierna y en esta novela vuelca todo lo que ha ido recogiendo en su mochila vital. De hecho, muchas de las vivencias proceden de los hospitales en los que pasó largas temporadas. Recopilando ideas para el título del libro, empezó barajando una frase que le dijo una persona de ochenta años que conoció en el hospital, Amar siempre se conjuga en Pasado. Según él, se quiere a alguien en presente y se ama cuando la has perdido. Pero finalmente se inclinó por un regalo de una señora de noventa años con la que se cruzó en la panadería. La vida de esta mujer hubiera cambiado mucho según ella, si la gente le hubiera dicho ven, si le hubieran dicho lo que sentían.

Es un libro que se lee de un tirón. Simplemente los títulos de sus capítulos ya te hacen reflexionar. El contenido es breve, pero al mismo tiempo, muy intenso.

Dani, el protagonista, con una infancia complicada por haber nacido diferente y por la pérdida de sus padres, acabó encontrando refugio en su profesión, buscar niños desaparecidos. Recién abandonado por su pareja y sin rumbo, recibe la llamada de teléfono de un padre que, desesperado, le pide ayuda. Precisamente ese último caso le lleva a Capri, la ciudad donde él se perdió y se encontró. Un lugar especial en el que aflorarán recuerdos de su niñez y de los dos personajes que marcaron su vida: el señor Martin y George. Estas dos perlas han existido en la vida de Albert y se recrea poniéndolas en el camino de Dani. Personajes entrañables que le enseñan infinidad de cosas a Dani y le dan consejos de vida para ser feliz. El reencuentro con el pasado llevará a Dani a reflexionar sobre su vida, sobre la historia de amor con su pareja y sobre las cosas que realmente importan. Le hace darse cuenta de la necesidad de dar pasos hacia adelante con valentía.

La verdad es que, en muchos momentos, yo también me he visto identificado con el protagonista. Creo que todo el mundo se podría ver reflejado en Dani en alguna ocasión. Quién no se ha encontrado perdido alguna vez y con la necesidad de parar el mundo durante un tiempo. Parar el mundo, significa decidir conscientemente que vas a salir a él para mejorarte y mejorarlo. Luego el mundo te premia porqué el universo conspira a favor de los que lo mueven. Pero cómo George le enseña a Dani, no se puede parar el mundo sólo, hace falta la energía de una persona más. Siempre que te pierdes, encuentras a alguien. O no es verdad que alguna vez hemos parado el mundo y lo hemos compartido con alguien. Son personas que se cruzan en tu vida y le dan sentido.

Me veo reflejado en el personaje por su curiosidad y manera de indagar acerca de las personas que no conoce. Vamos que estoy hecho un cotilla en toda regla. Soy de los que disfruta sentándose en un banco de una terminal de aeropuerto viendo la gente pasar y fabulando acerca de sus vidas.

Tiene una exagerada fijación en lo que simbolizan determinados los objetos. Hasta el punto de considerarlos con vida. Algo qué te da vida, está vivo. Lo que para Dani representa un faro, un maniquí o unos anillos, para nosotros pueden ser muchos otros objetos. Mis objetos también me suelen tele transportar al pasado. Y esto es exagerado cuando paso unos días en la casa familiar del pueblo. Tantos objetos cargados de recuerdos y que te hacen recordar tanto de lo vivido entre esas paredes. Una de las frases que más me ha gustado es en la que afirma que “lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso”.

Algo que considero una gran verdad, “Si dominas tu cuerpo, quizá dejarás de huir”. En mi caso lo interpreto no sólo cómo dominar o conocer mi cuerpo, sino cómo aceptarlo. Perder de una vez ese miedo a verme y que me pueda hacer daño. Creo que estoy en el camino. Cuando lo consiga por completo, si consideraré que dejaré de huir. El fin de semana pasado me volví a sentir pequeño, cómo si mucho de lo que he avanzado no fuera cierto. Espero sea sólo una sensación y que este blog siga teniendo sentido.

Lo que ha aprendido Dani a lo largo de su vida es que “Olvidarse de reír, es un olvido imperdonable a cualquier edad. Un pecado mortal en la infancia”. Si hay algo que de verdad me ha ayudado a afrontar los momentos complicados todos estos años, ha sido sonreír. Buscar cualquier resquicio divertido para evadirme de la cruda realidad. El afrontarlos con buena actitud si es una opción personal, pero todo es más fácil si te rodeas de gente al cuadrado. En este punto tengo que volver a agradecer a la gente que ha estado conmigo durante estos años y a los que siguen estando por darme la oportunidad de seguir riéndonos.

Podría estar comentando y comentado y daría para varios post. Seguro que rescato a menudo instantes de este libro. No quiero hacer spoiler, de verdad os animo a leerlo. ¡Y me decís que tal!

Albert Espinosa consigue hacernos reflexionar sobre qué es verdaderamente la felicidad y el valor de las personas que pasan por nuestra vida, que a veces nos resulta tan corriente, que no somos conscientes del tremendo valor que tienen. Recalca la importancia de ser diferente en este mundo y cómo hay que enfrentarse a los demonios internos.

Cuando estamos equivocados y necesitamos que nos abran los ojos

revés

Han pasado diez años y tengo la certeza de que sigue profundamente equivocado. Estoy segura de que piensa que le he hecho favores y le he ayudado mucho. No es así. Es justo al revés.

Las personas que le acompañaron en su día a día durante la enfermedad son justas merecedoras de explicar cómo lo vivieron, cómo lidiaron con la incertidumbre y cómo batallaron con la sombra de sus miedos.

A mí eso no me corresponde. Y no me corresponde no porque no quisiera formar parte de ese nuevo día a día, sino porque él necesitó aislarse de la mayoría de sus amistades. Durante más tiempo del que me habría gustado él puso distancia y yo no tuve otra que respetar su modo de hacerlo, aunque me habría gustado estar más cerca para lo que fuera. Así que yo sólo diré que me costó mucho encontrar el equilibrio entre la prudencia de dejarle su espacio manteniéndome temporalmente alejada de él y la necesidad de hacerle entender que yo quería seguir formando parte de su vida.

Recuerdo a la perfección y con un cariño especial el día que por fin pude visitarlo después de mucho tiempo. Tengo que confesar que estaba más nerviosa que él, pero creo que conseguí transmitirle que pese al tiempo, pese a los cambios y pese a todo, para mí él seguía siendo la persona que conocí: ese compañero de estudios con el que había compartido muchas horas, conversaciones, bromas, ilusiones, etc.

Me di cuenta de que todo llegaría. Poco a poco, a su ritmo, que no al mío. Pero llegaría conforme él se fuese sintiendo seguro. Y así fue. Poco a poco volver a quedar se convirtió de nuevo en lo normal. Y con ello todo lo que había echado de menos: volver a meterme con él, a reírnos, a tener complicidad… Y con el tiempo las cosas se aposentaron y de manera natural volvieron a su sitio. Y de nuevo cosas que antes hacíamos sin darle importancia se convirtieron casi en grandes momentos que he disfrutado muchísimo. Cosas tan simples como los míticos bocatas de jamón que nos gusta desayunar, sobre todo cuando invita él….

Echando la vista atrás, no estoy segura si lo  poquito que he podido contribuir a aportar momentos de alegría o hacerle la vida más fácil lo he hecho de la mejor manera posible. Lo que sí sé es que lo he hecho con el mayor cariño y la mayor ilusión.

De lo que sí estoy plenamente convencida es de lo muy equivocado que sigue estando cuando piensa que yo le he ayudado. Para nada. Es justo al revés. Yo con él he tenido pequeños, simples e insignificantes gestos que no me costaban absolutamente ningún esfuerzo. Abrir una lata. Ponerle el cinturón del coche. Cerrarle la puerta. Nada. Todo eso no es absolutamente nada. Lo que sí que es, y mucho, es lo que él, pese a sus dificultades y limitaciones, se  ha esforzado para estar en mi vida y participar de los momentos importantes con la gran discreción que le caracteriza y sin ni una sola vez hacer alarde de los esfuerzos que hacía en pos de nuestra amistad. Recorrer con una paciencia infinita calle arriba y calle abajo para comprar zapatos de novia. Pasar todo un día fuera con más de cuatro horas de autocar para estar en mi boda, venir al extranjero a pasar unos días  y ver mi nueva vida, ayudarme a bañar al bebé en uno de sus primeros baños. Como veis, está totalmente equivocado. Soy yo la que estoy profundamente agradecida y me siento muy afortunada de tener un amigo como él.

Un detalle que aún le hace más grande es que jamás, en ningún momento, he percibido en él ni un solo resquicio de envidia hacia los que seguimos con nuestra vida mientras él lidiaba con una enfermedad que paró sus ilusiones. Jamás le he intuido autolamentarse. Y eso lo hace aún más admirable.

Han pasado más de doce años desde que nos conocimos y sigo viendo a la gran persona, humilde, discreta, trabajadora que conocí. Pero mejor. Si se mirara con mis ojos vería una persona muy madura, muy hecha a sí misma, mucho más capaz que antes y un gran ejemplo a seguir. Así que yo me siento afortunada de tenerle cerca e insisto: es justo al revés. Soy yo la que estoy en deuda con él y agradecida de poder formar parte de su vida. Como antes. Como antes de que me empezara a dar lecciones de vida.

 

Por muchos desayunos, risas y confidencias juntos. Estoy segura de que nuestra amistad superará cualquier barrera que podamos encontrar!!!!

Marta Estéban