¿Que esconde el misterio de la vida?

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UN PADRE, UN HIJO Y EL GRAN VIAJE DE LA VIDA

Esta vez es una película «El fin es mi principio» la que me ha hecho reflexionar y he querido compartir con vosotros lo que me ha transmitido. Por encima de todo me quedo con sus profundos mensajes y la cercanía y el calor humano de los personajes.

La historia gira en torno a Tiziano Terzani. Un hombre extraordinario que renunció a sus orígenes humildes de una familia florentina y pasó más de 30 años como corresponsal de prensa por todo el mundo y en especial en Asia, cubriendo las principales guerras y revoluciones del siglo XX. Fue periodista, escritor y, por encima de todo, un buscador de lo que se esconde en el misterio de la vida.

Cuando le diagnosticaron un cáncer se fue a vivir en soledad al Himalaya, un retiro que le marcó profundamente y le preparó para afrontar su último viaje: el de la muerte. Para pasar sus últimos días, volvió a su pequeña casa en la Toscana junto a su mujer para “abandonar su cuerpo”, que es cómo los hindúes conciben la muerte y cómo a él le gustaba describirlo. En aquellos últimos meses reclama la presencia de su hijo para narrarle partes de su vida que no le había contado. De ese reencuentro salieron multitud de conversaciones profundas e intensas entre un hombre viejo y sabio que sabe que se acerca su fin y uno joven e inquieto. Unos días donde por fin se quitaron todas las máscaras para hablar cara a cara de lo qué es la vida, el mundo y la muerte. De la grabación de aquellas conversaciones se publicó su último libro: “El fin es mi principio”, del que se hizo también esta película.

Como os he dicho, de esta película se pueden extraer infinitos temas sobre los que debatir y comentar. A mí en particular ha habido varios que me han hecho reflexionar.

En primer lugar el ver a un hombre que debido a la fase terminal de su enfermedad sufre dolores intensos y gran incomodidad, todos estamos rodeados de casos parecidos a éste. Me llama la atención que a pesar de estos condicionantes físicos, el protagonista es capaz de seguir riéndose con su mujer y su hijo y disfrutando de todo lo que le rodea, del maravilloso paisaje de la Toscana, del sonido de los pájaros… hasta el último momento. Ese es el punto diferencial, conseguir disfrutar aun en los momentos mas difíciles. Y no necesariamente se sufre en las fases terminales, hay gente que convive con el sufrimiento cada día y por muy diferentes motivos.

Y es que, durante estos años he tenido la suerte de coincidir con gente que aún estando mucho peor que yo conseguían ver el lado positivo de la vida. Gente que sufre por dolores crónicos muy intensos o porque su cuerpo está mucho más paralizado que el mío. Cuántas veces me habré preguntado cómo eran capaces de sobrellevarlo, cómo afrontaban el levantarse por las mañanas y llegar al centro de rehabilitación con la mejor cara y haciendo bromas. Esta gente sí que me daba lecciones cada día.

Muchos creen que tiene que ver con el poder de la mente. Yo lo resumiría en la importancia de tener la cabeza sana, aunque el cuerpo no te responda cómo quieres.

Otro aspecto que me ha llamado la atención es cómo Tiziano se propone cerrar su ciclo de vida de forma adecuada. Simplemente quiere despedirse y hacer balance. Y lo quiere hacer dejándole un legado a su hijo. El legado de su intensa vida, repasando cada una de las vivencias que han formado parte de ese proceso. Esa forma de gestionar su final implica también un nuevo comienzo para él. Y considero que es una manera muy sana de afrontar este momento. A mí me gustaría hacerlo así. Lo veo cómo un ejercicio recomendable a realizar con mis padres. El poder reunirnos en un lugar lo más aislado posible sólo con la compañía de la naturaleza para tener la oportunidad de repasar sus vidas. Sólo padres e hijos, un entorno tranquilo y tiempo, mucho tiempo para hablar. Que me contaran lo que quisieran. Tener momentos de silencios en los que las miradas hablaran. Destapar esas cajas llenas de recuerdos. Su infancia, sus padres, cómo se conocieron, su vida en común, su profesión, la llegada de sus hijos, mil temas. Evidentemente emanarían reproches en ambas direcciones, como sucede en la película. Pues que salgan. Hay muchas cosas que no siempre son como nos gustarían y hemos tenido que aceptar. Forman parte del camino.

En mi caso particular seguro que uno de los temas candentes sería cómo han vivido realmente lo que me ha pasado, cómo ha afectado mi enfermedad en sus vidas y todo lo que se ha desencadenado a posteriori. Obviamente sé que ha sido uno de los episodios que desearían no haber vivido. Pero aquí seguro también pondríamos en valor cómo hemos conseguido salir de esta juntos y cómo he sido capaz de rehacer mi vida.

A veces creo que no llegamos a conocer bien a nuestros padres. Seguro que desconocemos muchos episodios de sus vidas que les han marcado y que nos pueden hacer entender muchas cosas. Ese es para mí el verdadero legado que nos dejan. El que entiendo que Tiziano le quiso dejar a su hijo Folco.

Aunque sé que mañana volveré a mi monotonía, otro de los aspectos significativos de esta película es el cómo coger las riendas de nuestra vida. Conseguir dejar de ser espectador y colocarte al mando de tu existencia. Tiziano lo resume como la trampa de ahí afuera de la que todos somos ratones. Intenta hacer ver a su hijo que, aunque nos parezca que gocemos de una libertad sin límites, nunca hemos tenido tan poco margen de acción cómo ahora. Ya no existe la libertad de ser quien realmente se es. Para no caer en esa trampa varias son las recetas que me llevo y que ya veré cómo pongo en práctica y cuando.

La primera es que hay que revelarse. Esa es la revolución pacífica a la que el protagonista no deja de hacer referencia y en la que ha creído siempre. Después de vivir varias revoluciones con triunfo del comunismo, ha sido testigo de la cantidad de sacrificios y todo para llegar a nefastos resultados para la sociedad. Todo sigue girando en torno al dinero como en todas partes. Mientras el hombre se deje de guiar por intereses personales, nada cambiará. Por eso se decidió a creer en la única revolución que le aporta algo, la de uno mismo. La de ser lo que uno quiera, vivir una vida propia que solo te pertenezca a ti. Una vida en la que te reconozcas.

Y la siguiente es la de exprimir la vida al máximo que no te quede nada por intentar, probar o arriesgar. El hecho que haya vivido su vida con tanta intensidad le lleva a tener una visión de la muerte cómo parte de la vida. Ya no le tiene miedo porqué es prácticamente lo único nuevo que le queda por afrontar. Así se considera realmente preparado para cuando llegue.

La película nos insta a vivir el ahora y disfrutar de cada pequeño instante. La vida sucede en este momento y es entonces cuando uno tiene que saber disfrutar de ella. El pasado es simplemente un recuerdo, ya no existe. Son sus recuerdos acumulados, ordenados y falseados. En el ahora, en cambio, no se falsea nada.

Inevitablemente he vuelto a replantearme por qué me sigue costando tanto disfrutar del presente y si verdaderamente estoy cogiendo las riendas de mi vida. Parece como si siguiera poniendo el piloto automático cada mañana y los días siguieran pasando. Empiezo a tener bastante clara la visión de lo que quiero que sea mi vida y ya es hora que ponga los medios para conseguirlo.

Me tomo la licencia de cerrar este post con el final de la carta de despedida que dejó Tiziano a su familia, “gracias y espero que os riáis”.

Sergio Elucam

 

Por favor, dime ven

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Me recomendaron el libro SI TU ME DICES VEN LO DEJO TODO…PERO DIME VEN para el blog. Estaba seguro de que no me decepcionaría y nos podría aportar muchas cosas interesantes. Y lo cierto es que ha superado todas mis expectativas. Gracias Alberto Santos, te aprecio un montón.

Este libro con título de bolero es una de las primeras novelas de Albert Espinosa dentro de su dilatada carrera cómo autor teatral, guionista, escritor y director de cine y televisión. Se dio a conocer al gran público por la serie Pulseras Rojas. Siempre me gusta indagar un poco acerca del autor una vez que me he leído su libro. Y en el caso de Albert, me ha servido para entender mucho mejor su identificación con el personaje. Albert sobrevivió a tres cánceres, perdió una pierna y en esta novela vuelca todo lo que ha ido recogiendo en su mochila vital. De hecho, muchas de las vivencias proceden de los hospitales en los que pasó largas temporadas. Recopilando ideas para el título del libro, empezó barajando una frase que le dijo una persona de ochenta años que conoció en el hospital, Amar siempre se conjuga en Pasado. Según él, se quiere a alguien en presente y se ama cuando la has perdido. Pero finalmente se inclinó por un regalo de una señora de noventa años con la que se cruzó en la panadería. La vida de esta mujer hubiera cambiado mucho según ella, si la gente le hubiera dicho ven, si le hubieran dicho lo que sentían.

Es un libro que se lee de un tirón. Simplemente los títulos de sus capítulos ya te hacen reflexionar. El contenido es breve, pero al mismo tiempo, muy intenso.

Dani, el protagonista, con una infancia complicada por haber nacido diferente y por la pérdida de sus padres, acabó encontrando refugio en su profesión, buscar niños desaparecidos. Recién abandonado por su pareja y sin rumbo, recibe la llamada de teléfono de un padre que, desesperado, le pide ayuda. Precisamente ese último caso le lleva a Capri, la ciudad donde él se perdió y se encontró. Un lugar especial en el que aflorarán recuerdos de su niñez y de los dos personajes que marcaron su vida: el señor Martin y George. Estas dos perlas han existido en la vida de Albert y se recrea poniéndolas en el camino de Dani. Personajes entrañables que le enseñan infinidad de cosas a Dani y le dan consejos de vida para ser feliz. El reencuentro con el pasado llevará a Dani a reflexionar sobre su vida, sobre la historia de amor con su pareja y sobre las cosas que realmente importan. Le hace darse cuenta de la necesidad de dar pasos hacia adelante con valentía.

La verdad es que, en muchos momentos, yo también me he visto identificado con el protagonista. Creo que todo el mundo se podría ver reflejado en Dani en alguna ocasión. Quién no se ha encontrado perdido alguna vez y con la necesidad de parar el mundo durante un tiempo. Parar el mundo, significa decidir conscientemente que vas a salir a él para mejorarte y mejorarlo. Luego el mundo te premia porqué el universo conspira a favor de los que lo mueven. Pero cómo George le enseña a Dani, no se puede parar el mundo sólo, hace falta la energía de una persona más. Siempre que te pierdes, encuentras a alguien. O no es verdad que alguna vez hemos parado el mundo y lo hemos compartido con alguien. Son personas que se cruzan en tu vida y le dan sentido.

Me veo reflejado en el personaje por su curiosidad y manera de indagar acerca de las personas que no conoce. Vamos que estoy hecho un cotilla en toda regla. Soy de los que disfruta sentándose en un banco de una terminal de aeropuerto viendo la gente pasar y fabulando acerca de sus vidas.

Tiene una exagerada fijación en lo que simbolizan determinados los objetos. Hasta el punto de considerarlos con vida. Algo qué te da vida, está vivo. Lo que para Dani representa un faro, un maniquí o unos anillos, para nosotros pueden ser muchos otros objetos. Mis objetos también me suelen tele transportar al pasado. Y esto es exagerado cuando paso unos días en la casa familiar del pueblo. Tantos objetos cargados de recuerdos y que te hacen recordar tanto de lo vivido entre esas paredes. Una de las frases que más me ha gustado es en la que afirma que “lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso”.

Algo que considero una gran verdad, “Si dominas tu cuerpo, quizá dejarás de huir”. En mi caso lo interpreto no sólo cómo dominar o conocer mi cuerpo, sino cómo aceptarlo. Perder de una vez ese miedo a verme y que me pueda hacer daño. Creo que estoy en el camino. Cuando lo consiga por completo, si consideraré que dejaré de huir. El fin de semana pasado me volví a sentir pequeño, cómo si mucho de lo que he avanzado no fuera cierto. Espero sea sólo una sensación y que este blog siga teniendo sentido.

Lo que ha aprendido Dani a lo largo de su vida es que “Olvidarse de reír, es un olvido imperdonable a cualquier edad. Un pecado mortal en la infancia”. Si hay algo que de verdad me ha ayudado a afrontar los momentos complicados todos estos años, ha sido sonreír. Buscar cualquier resquicio divertido para evadirme de la cruda realidad. El afrontarlos con buena actitud si es una opción personal, pero todo es más fácil si te rodeas de gente al cuadrado. En este punto tengo que volver a agradecer a la gente que ha estado conmigo durante estos años y a los que siguen estando por darme la oportunidad de seguir riéndonos.

Podría estar comentando y comentado y daría para varios post. Seguro que rescato a menudo instantes de este libro. No quiero hacer spoiler, de verdad os animo a leerlo. ¡Y me decís que tal!

Albert Espinosa consigue hacernos reflexionar sobre qué es verdaderamente la felicidad y el valor de las personas que pasan por nuestra vida, que a veces nos resulta tan corriente, que no somos conscientes del tremendo valor que tienen. Recalca la importancia de ser diferente en este mundo y cómo hay que enfrentarse a los demonios internos.

¿Cómo recuperamos la ilusión en los momentos difíciles?

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La práctica del deporte y en especial el fútbol estuvo presente durante toda mi infancia, no me despegaba de mi balón, de forma más sería y continuada en mi adolescencia y como hobby en adelante. Puedo decir que ha sido una de mis pasiones, a la que a la fuerza tuve que renunciar cuando me puse enfermo. Durante estos años, mi manera de afrontarlo ha sido mirar hacia otro lado. La solución fácil y a su vez mas dolorosa. Me he limitado a ver el deporte en la televisión, a través de una pantalla. Voy al gimnasio para mantenerme en forma, pero me aburre soberanamente. A mí lo que me va es competir en equipo.

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En el plano psicológico he trabajado cómo convivir con la pérdida de este y muchos otros temas, pero para nada quiere decir que no sigan apareciendo pensamientos y llegando mensajes que te manda tu cerebro. Ya no duran demasiado, se cómo manejarlos y consigo volverme a recolocar. ¿Cómo lo consigo? Ya lo tengo bastante automatizado. Entiendo que, con el tiempo, hay mucho de aceptación y también de ser capaz de detener esos pensamientos negativos que solo aportan ansiedad y malestar para que no vayan a más. Por lo general ya tengo reconocido el pensamiento cuando va llegando y o bien trato de suplantarlo por un recuerdo agradable de ese mismo tema o me pongo enseguida con otra cosa que no tenga nada que ver.

Es algo que no vale la pena que te plantees ni le des vueltas, porqué nunca nada va ser igual. Podrá ser de muchas otras maneras. ¿no es cierto que los jugadores amateurs, llegado a un punto ya ni se plantean llegar a jugar en primera división? Sería el deseo de muchos, pero con los años, lo interiorizan porqué ven que no es posible. Pues es parecido, pero a otro nivel.

No me he lanzado nunca a intentar de nuevo la práctica del deporte con discapacidad. Con el paso del tiempo te vas atreviendo y planteando la posibilidad de seguir disfrutando de una de tus pasiones desde otro punto de vista. ¿Por qué no? de entrenador o ayudante…

En pocos días se han producido dos acontecimientos que vuelven a remover esos sentimientos relacionados con el deporte.

El pasado fin de semana tuve el placer de asistir a un partido de basket en el colegio de la hija de mi prima. La verdad es que no esperaba volver a disfrutar tanto siguiendo un partido de niños en directo. Yo no soy de vivir el deporte de forma pasiva. ¡Me alteré, grité, animé… me lo pasé pipa! No lo puedo controlar, enseguida me sulfuro, vamos que casi me como al árbitro en un momento de exaltación.

Es como si hubiera despertado el gusanillo de algo que no te estabas planteando, que habías dejado de lado. Te vuelves a ilusionar por el deporte desde otra perspectiva. Aunque podrías, sabes que ya no vas a poder practicarlo de la misma manera y te planteas como volver al mundo del deporte. Todas estas sensaciones hacen que piense en la posibilidad de entrenar a un grupo de niños y poder transmitirles todo lo que viví en mi etapa deportiva, aparte de muchas cosas más que les sirvan para enfocar su vida.

Ayer fui a ver la película “Campeones”, del director Javier Fesser y protagonizada por Javier Gutiérrez. Narra la historia de un entrenador de baloncesto con muy mala leche que atraviesa por una mala racha tanto en lo profesional como en lo personal. Por culpa de una infracción de tráfico, se ve obligado a realizar servicios a la comunidad entrenando a un equipo de barrio con discapacidad. Una película que te despierta tu lado más humano mientras, de una forma muy natural y cercana, aborda el tema de la convivencia con personas con discapacidad intelectual. El desconocimiento inicial, los prejuicios y las etiquetas que en general tenemos todos. Las historias que tienen detrás cada una de esas personas y cómo es su día a día. La sencillez a la hora de enfrentarse a la vida que tiene ese colectivo y que no entienden cómo nos la llegamos a complicar los demás. Este grupo de personas diferentes encuentran en el deporte y el compañerismo un motivo de ilusión que les saca de su rutina.

La oportunidad del protagonista de compartir vivencias con ellos, le enriquece y hace que se replantee su vida de otra manera. Te hace ver que estas personas, de tontas no tienen un pelo y se dan cuenta de todo lo que les rodea y son capaces de vivir una vida mas centrada en las cosas que de verdad importan. Y, sobre todo, el afrontar todo con mucho humor. Salí cargado de buen rollo y emocionado por la empatía que desarrollé en menos de dos horas con gente que no conocía.

Quiero volver al deporte, estoy ilusionado y no hay mejor aliciente que hacer las cosas con ilusión, ahora que lo tengo claro voy a luchar por conseguirlo.

Sergio Elucam